viernes, 30 de marzo de 2007

La historia del acusado cagón




Las excusas de las personas que acuden a juicio son en muchas ocasiones ingeniosas. En otras, como ocurre en el caso que os adjuntamos, son más bien burdas, pero no por ello dejan de ser divertidas. Este es el caso real de un hombre que recurrió en Girona, de su puño y letra, una sentencia porque, según relata, llegó diez minutos tarde a un juicio de faltas porque sufrió un apretón. Lo que no tiene desperdicio tampoco es la fundamentación jurídica que recoge la sentencia de la Audiencia Provincial de Girona, que reproduce literalmente los motivos por los que no llegó a la vista oral: "porque le entraron ganas de cagar y no pudo aguantarse". Y sigue: "Sin duda alguna, en la tesitura de escoger entre una y otra deposición, una, por evacuación del vientre, otra, por manifestación ante el juez como acusado, cualquier persona habría de optar por la primera por los graves apremios que supone en caso de no ser satisfecha esa necesidad fisiológica, siendo poco higiénica la presentación ante un tribunal en otras condiciones que no sean las de un completo descargo".
Añade el tribunal que el recurrente sostiene que por hacer una cosa no pudo hacer la otra, lo que le supuso la inasistencia al juicio y la condena. Sin embargo, "no podemos acceder a lo que se nos solicita porque la parte ni demuestra la existencia del sorpresivo apretón que refiere, ni acredita que, cuando después de sofocar sus presusoras consecuencias, acudió inmediatamente al acto del juicio, éste ya había concluido".
"Muchos nos tememos que lo que el recurrente llama causa de su inasistencia no sea sino una forma de burlarse de la Administración de Justicia que le ha condenado, que si bien admitimos con sentido del humor desdeñamos como motivo de apelación". Pues eso, recurso desestimado y condena que te crió para el acusado cagón.

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